Resonancias familiares y Epigenética


El prefijo «epi» significa “sobre” o “por encima de algo”, por lo tanto cuando se estudia en epigenética una patología, se tiene en cuenta aquellos factores que van más allá de la genética: medio ambiente, entorno familiar, social y cultural.

Según la epigenética, las experiencias traumáticas que se han transmitido de los antepasados dejan cicatrices moleculares que se adhieren al ADN. Vamos a presuponer que la naturaleza es sabia y nos vamos a preguntar para que se guarda esa información. ¿Cuál es la intención de la naturaleza?, ¿para qué se guarda esa información si fue traumática?

La Epigenética Conductual nos ofrece una nueva perspectiva dentro del ámbito científico que puede llegar a explicar los mecanismos por los cuales heredamos la información relacionada con las experiencias de nuestros progenitores, destacando el papel fundamental que juegan los primeros años de vida del ser humano.


“Si cambiamos nuestro medio ambiente emocional,
podemos reescribir nuestra historia.”

Nathalie Zammateo, El Impacto de las Emociones en el ADN

La información genética tanto como epigenética parecen tener un significado necesario. En un momento se creyó que la información genética de alguna manera nos condena y que no podemos hacer absolutamente nada al respecto. Eso duró hasta el descubrimiento de la epigenética que claramente ha comprobado que “Los genes no son auto emergentes y no pueden activarse o desactivarse por sí mismos.” (H.Frederick Nijhour, 1990).

Entonces,¿qué activa los genes? La respuesta fue evidente: el entorno. Las señales ambientales son las que controlan la unión de las proteínas reguladoras al ADN. Dichas proteínas son las que regulan la actividad de los genes y están controladas por las señales del entorno. Esto significa que estamos condicionados, pero no condenados. Y la manera en la que nos condicionamos es a través de las percepciones y creencias que tenemos programadas en nuestro inconsciente.

Es importante definir qué entendemos por entorno. Consideramos entorno a todo aquello que percibimos con nuestros sentidos. Una persona puede llevar unas predisposiciones genéticas y éstas no activarse nunca porque su forma de percibir ese entorno, su forma de relacionarse con él y su forma de sentirse involucrado a nivel emocional hace que estos genes no se activen.


“Estamos condicionados no condenados”

Bob Proctor

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